miércoles, 10 de febrero de 2010

UN VOTO DE REELECCION A NUESTRA PROPIA AUTONOMIA


Un 7 de agosto de 2002 nace la pesadilla para las clases menos favorecidas, la política se ha alzado en una rotunda derecha que no pretende cambiar y que desde el principio llega con una imbatible ola de destrucción, belicismo y sumisión, un gobierno autócrata basado en la represión a lo que no este dentro de sus parámetros, vulnerando una y otra ves nuestro sueño mas requerido, el sueño de la libertad.

No pretendo con esta líneas intentar defender una estricta postura política que a la larga siempre terminan en el mismo camino o simplemente fanatizar multitudes como la mayoría de políticos, simplemente procuro hablar en nombre de la realidad siendo fervoroso en mis palabras y sujetándome a la idea de que los verdaderos cambios radicalmente buenos, nacen de nuestras propias ideas, nuestro propio interior y nuestra propia sublimación, no por segundas personas que nos estipulen y reglamenten nuestra forma de pensar y nuestra forma de obrar debemos ser siempre personas capacitadas de la auto gestión.

Hemos sido bombardeados durante mucho tiempo por corrupción y escándalos, lo cual sencillamente nos infiere que no debemos depositar nuestra confianza en sus urnas en las próximas elecciones, debido a la falta de vehemencia como para ligar un futuro abundante y fructífero, a una comunidad que a lo largo de los tiempos ha soñado con un porvenir de justicia y por el contrario ha sido contemplada como una de las naciones mas corruptas y en la cual ha sobre caído el temple de la llamada “ley” internacional.

Es por esto que he querido aferrar una idea de cambio para todos, dando un giro completo a nuestras vidas, siendo seres capaces de discernir que nuestras necesidades las suplimos nosotros mismos y no otros al poder. Una idea germinada al ver los grandes votos de confianza que aun tiene un pueblo herido, como en muchas partes del mundo sujetos de la barbarie y el flagelo que algunos pocos deciden pactar, en el cual prima el bien propio, el lucro y las suntuosidades y no la verdadera felicidad que yace en la cabalidad de nuestras vidas, un gobierno como el que día a día hemos evidenciado con un inconfundible y lesivo programa de baja sensibilidad hacia el buen nombre de las personas … y resumido en un nombre …ALVARO URIBE VELEZ.

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