El Estado, como aparato de clase legitima la explotación y dominación, la justicia burguesa, apéndice dentro de este, no ha sido más que un fantasma que ha favorecido los intereses de grupos minoritarios, transnacionales, mas no los de las masas populares.
Solidaridad de clase con la Red Amazónica por la Vida, y los casos de muerte protagonizados por el Ejército ecuatoriano en la frontera con Colombia. |
El modelo extractivista, ahondado con el Gobierno Correista como parte del motor que impulse su Plan Nacional de Desarrollo, conlleva inminentemente un impacto directo, en todos los niveles de la vida social donde este se desarrolla. No solo hablamos de contaminación, sino movilización forzada, negación de los derechos básicos, neocolonialismo, etc.
La protesta encabezada por la Red Amazónica por la Vida, organización campesina, localizada en Napo, Sucumbíos, y que aglutinan a unas dos mil familias de agricultores, es muestra directa de aquel impacto, que tienen que sufrir grupos humanos, a razón de un desarrollo lineal a favor de intereses estatales. En este caso, la demanda se origina a raíz del último derrame del consorcio OCP, el mismo que contaminó la cuenca de los ríos Santa Rosa, Quijos, Coca y Napo. En total se habla de dos mil kilómetros, y catorce mil barriles de crudo.
El ingeniero Néstor Alcívar Cadena, coordinador de la Red, habla sobre las constantes trabas que ha tenido el juicio, retrasando el proceso, provocando la movilización y vigilancia de los campesinos.
Las empresas petroleras durante cuarenta años lo que han buscado es la mayor ganancia menor inversión, a pesar de que las leyes, desde el año 2000 se han endurecido, la Ley de Gestión Ambiental, la Ley de Hidrocarburos, la Constitución de la República obliga a hacer extracción limpia, sin embargo, esto no ha sido controlado y las empresas contaminan, frente a esto la población les ha demandado, tenemos en este momento tres demandas contra la OCP y una contra la Occidental, desgraciadamente estas están represadas, durmiendo el sueño de los justos en la Corte Provincial de Sucumbíos y en la Corte Nacional de Justicia. Esto demuestra fehacientemente, el poder de las chequeras de las petroleras.
Son seis años que el campesinado de esta región que produce la mayor riqueza del país, y que curiosamente es una de las más pobres, viene luchando por una indemnización.
Sumamos a esto la violación de los derechos humanos en la frontera, a razón de la extensión del conflicto colombiano a suelo ecuatoriano. Dándose casos de desaparición y muerte, como es el de Francis Tamayo, asesinado por la espalda junto a otros dos lancheros en la provincia de Sucumbíos por elementos del Ejército Nacional, bajo la acusación de ser guerrilleros de las FARC.
Dalia Maritza Tamayo, hermana Tamayo, quien viajó desde Sucumbíos a Quito para protestar por el caso en los predios del Ministerio de Justicia, afirma que no se ha avanzado en el proceso, se boicotean las audiencias, y los casos de represión aumentan, siendo este tan solo uno de muchos.
Lo que nosotros exigimos, es que si en el caso de Angostura, el presidente dijo que hubo violación a los derechos humanos, este también es uno de ellos, mi hermano murió por falta de auxilio, las balas fueron por la espalda, y los militares que dispararon no lo ayudaron, el murió desangrado, una hora, una hora y media después del hecho
El Anarquismo Revolucionario y sus militantes extendemos nuestra mano en un solo puño contra estos atropellos. Creemos firmemente, y participamos de las palabras del compañero Alcívar, al asegurar que en un país donde no haya justicia jamás habrá paz. El régimen ha comenzado a desnudar su cara, ha demostrado no tener carácter Socialista ni revolucionario. El color verde Correista representa los intereses del mercado, de las transnacionales, no los del pueblo.
¡Contra los atropellos y las trabas legales del Estado, solidaridad de clase aquí y ahora!
¡Se oye, se escucha, arriba los que luchan!
¡Venceremos!
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