lunes, 31 de agosto de 2009

LA AVARICIA DE LA BANCA COLOMBIANA


En los último tres años, los Bancos y el sistema financiero colombiano escandalosas ganancias por más de 10 billones de pesos, diez millones de millones de pesos, los cuales salieron de los bolsillos de los clientes, usuarios y de todo el pueblo colombiano y pasaron a manos de un puñado de personas extremadamente ricas como las son los dueños del Grupo Empresarial Antioqueño, el Grupo Sarmiento Angulo, el Grupo Bolívar, el Grupo Social que es de los jesuitas, el Grupo Gilisnky y el Grupo Colpatria. En ese mismo lapso, Bancolombia se gano 2 billones de ciento ocho mil millones de pesos. Más de la cuarta parte de esas ganancias salen de los descuentos que le hacen a usted por los "servicios" cobrados por el Banco. Otra buena parte salieron de los intereses que usted paga al Banco por el préstamo que recibe. Bancolombia se gana el 15% 15 pesos por cada cien pesos que le presta, una de las tasas de intermediación más altas del mundo.
Lo normal es que si alguien lleva dinero al banco es para ganar interés y no para que se los quiten a través de cobros, a lo cual hay que sumarle, el cuatro por mil con lo cual el gobierno financia la guerra, la corrupción y los desfalcos que hacen los dueños de los mismos bancos.
Además por envíos de giros al exterior, recepción de dinero y giros de moneda extranjera le cobran una fuerte comisión. Han convertido la adquisición de vivienda, que es una necesidad básica, en un impresionante negocio. No solo perciben dinero por los estudios de crédito hipotecario, avalúos y visitas del constructor de la vivienda que le van a financiar y por los estudios de títulos para la adquisición de la misma, si no que les imponen a los usuarios pagar más de diez veces el valor original de su casa. Muchas veces hacen cobros ilegales, imponiendo intereses más altos que los permitidos.
Ahora solo falta que les cobren por entrar a las oficinas a depositar su propio dinero. Esta forma de quitarle la plata a la gente es tan grave que los clientes habituales de los bancos, si hace mes a mes de los tipos más normales de transacciones, resulta reganándole casi un millón de pesos anuales al banco, el cual lo único que hace es manejarle su propio dinero.
Según un estudio reciente el 33 % de los colombianos, con capacidad de ahorro no depositan su dinero en los Bancos por los cobros excesivos que estos le hacen. Por si fuera poco, a usted le toca hacer largas colas y esperar un ben tiempo para poder depositar o sacar su propio dinero por que los administradores de los bancos, a pesar de obtener exorbitantes ganancias han decidido despedir masivamente trabajadores y no remplazarlos, utilizan trabajadores y medio tiempo a los cuales no les pagan horas extras, los obligan a laborar largas y agotadoras jornadas y los presionan cada vez más para que atiendan un mayor número de clientes sin tener en cuenta el tiempo que estos últimos gastan esperando ser atendidas ni la comodidad del servicio.
CLIENTES, USUARIOS Y TRABAJODORES TODOS DEL MISMO LADO.

martes, 25 de agosto de 2009

DENUNCIANDO LA PRECARIEDAD LABORAL EN CYTY GROUP


City Group es una empresa dedicada a la producción de estanes, vitrinas y otros elementos en madera para exposiciones y acabados en viviendas, cuenta con un personal de 13 trabajadores de los cuales 4 nos encontramos sin contrato, esto significa que no tenemos un salario acorde con nuestras horas de trabajo 20000 pesos por 9 horas al día, de la cual tenemos que sacar para el transporte y para el almuerzo quedando algo menos de 13000 diarios.
Tampoco contamos con seguro médico que permita cubrir los posibles accidentes que puedan ocurrir, que no son pocos dado que no se ha implementado a un programa de seguridad industrial para los trabajadores; en caso de ocurrir por ejemplo un incendio (considerando que se trabaja con madera y elementos inflamables es altamente probable)no se cuenta con un extintor, tampoco existe señalización ni ordenamiento para la salida de evacuación, por otro lado las herramientas de trabajo son insuficientes para cumplir con la producción que se nos pide, se ha llegado a tal punto que hay que hacer torno, para hacer uso de un martillo o de un taladro, muchas veces algunos compañeros deben de traer su propia herramienta para poder trabajar, cuando los trabajadores hacemos sentir estas falencias el patrón nos responde que no hay recursos, pero será que no los hay con la producción diaria que hay en guarda escobas que supera los 2´ 000.000 y los pedidos de estanes y vitrinas que algunas veces alcanzan hasta los 60.000.000 la patronal de City Group representa la voracidad capitalista, buscando sacar del obrero el maximo de rendimiento laboral y dándole un mínimo de beneficios su amabilidad con los trabajadores no es más que una cortina de humo para esconder toda esa precariedad laboral, no existe patrón bueno en esta lucha de clase entre explotadores y explotados.

Entre tanto los trabajadores de City Group debemos de organizarnos porque no importa el tamaño de producción de una empresa, ni la supuesta amabilidad de la patronal, mientras que los trabajadores sigamos siendo obligados a aceptar una autoridad laboral, seremos esclavos de un sistema y como tal debemos de organizarnos para conquistar mediante nuestra autogestión y solidaridad los derechos que a diario nos niegan.
Basta ya de la precariedad laboral tanto en City Group como en todas las fábricas y campos del mundo.
Viva la autoorganizacion de la clase trabajadora.
Viva la Anarquía.

martes, 18 de agosto de 2009

CORTE ORDENA RELQUIDACION DE CREDITOS DEL UPAC


Por Red El Informador



En un trascendental fallo que sienta jurisprudencia, la Corte Suprema de Justiciaordenó la reliquidación de los créditos a los deudores del sistema UPAC, trasconsiderar que los bancos se enriquecieron a costa de sus usuarios al cobrarintereses sobre intereses y no aplicar a capital el alivio que el gobierno nacionalentregó a los deudores cumplidores a finales del año 1999 debido a la crisiseconómica que sufrió el país.
La sentencia, que se constituye en otro triunfo jurídico del abogado samario AbrahamKatime Katime, abre las puertas para que miles de usuarios de créditos hipotecariosdemanden la reliquidación de sus créditos o incluso recuperen en dinero lasviviendas perdidas por remate o dación de pago.
La demanda duró alrededor de 10 años en los estrados judiciales y corresponde a uncaso particular del abogado Katime Katime, quien al principio de la década de los 90adquirió una vivienda familiar mediante el sistema de UPAC, tal como lo hicieronmiles de Magdalenenses en aquella época, y por supuesto, millones de colombianos.
Katime, era un cumplido deudor, que mes tras mes cancelaba la cuota correspondientedel crédito; sin embargo, a finales de 1999, debido a la crisis económica que sufrióel país, empezó a entrar en mora en los pagos, junto con el 80% de deudores decréditos hipotecarios de vivienda de aquella época.
La crisis llevó a que el Gobierno Pastrana tomara medidas extraordinarias paraconjurarla, y evitar que los colombianos perdieran su vivienda. Entre las medidasadoptadas se dispuso la entrega de un alivio para un grupo grande de morosos, y unnuevo sistema de liquidación y amortización de los créditos, puesto que el vigentese había derrumbado.
En medio de esta problemática, Katime, optó por adentrarse en el estudio de su caso,llegando a la conclusión que su cuota nunca disminuía, sino que por el contrarioaumentaba año tras año; además se percató que el Banco le estaba cobrando interesessobre intereses, y que adicionalmente, el alivio que había entregado el gobierno lohabían aplicado a intereses y no a capital, con lo cual, la entidad crediticia seestaba enriqueciendo a su costa sin tener una causa justificada para hacerlo.
La situación lo llevó a presentar contra el Banco Davivienda una demanda para que sele devolviera el dinero que se le había cobrado en exceso.
El Banco una vez se vio demandado, se fue a la ofensiva y presentó una demandaejecutiva en otro juzgado para quitarle la vivienda. Dentro del proceso ordinario,Katime logró demostrar mediante dictámenes periciales y muchas otras pruebas más,que Davivienda había liquidado mal el crédito, y le estaba cobrando en exceso;Davivienda apeló, y en segunda instancia fue confirmado el fallo, que ordenó aDavivienda devolverle a su deudor una suma millonaria, y declaró que se encontraba apaz y salvo por todo concepto.
Con esta sentencia favorable Katime acudió ante el escenario judicial donde el Bancopretendía arrebatarle su vivienda, y el juez competente, declaró extinta laobligación crediticia, condenando, además, al banco a pagar los gastos del proceso.
A pesar que el asunto ya era cosa juzgada, el Banco, intentando una maniobradilatoria, presentó una tutela ante la Corte Suprema de Justicia contra los fallosproferidos por los jueces locales; el asunto llegó en primera instancia aconocimiento de la Sala Civil, integrada por siete magistrados, quienes notitubearon en considerar que los jueces habían probado plenamente que hubo un pagoen exceso del crédito, y un saldo a favor del deudor.
Pero además, la Corte, así mismo, señaló que los apoderados del Banco habían actuadocon desidia frente a las pruebas presentadas por Katime.
No conformes con esta decisión el Banco impugnó la sentencia de tutela, y la SalaLaboral de la Corte, integrada por siete magistrados, confirmó lo dicho por todoslos jueces y magistrados que conocieron el caso.
Expertos consultados por este diario dijeron que esta jurisprudencia abre la puertapara que miles de usuarios de créditos hipotecarios demanden la reliquidación de suscréditos, o incluso recuperen en dinero las viviendas perdidas por remate o daciónen pago.

jueves, 13 de agosto de 2009

LA IRRITABLE VORACIDAD BANCARIA

Germán Uribe
Rebelión
Desconcierta e indigna volver sobre aquella encuesta de mayo de 2007, en donde el 25 por ciento de los colombianos (consultados por Napoleón Franco en encuesta contratada por la revista Semana) se manifestó, de una u otra manera, simpatizante o tolerante con el paramilitarismo. Sin embargo, eso demuestra que la unanimidad no se da en nuestro exótico país ni siquiera en la condena a delitos de lesa humanidad o en los esfuerzos por encontrar la paz. Y en este último caso, porque los matices en las diversas propuestas para la búsqueda de una salida negociada al conflicto armado, parecen más bien trincheras inexpugnables desde donde se hace todo lo posible no tanto por imponer una fórmula propia, como por obstaculizar la iniciativa contraria. Y es que este unanimismo al que me refiero ahora no se da ni siquiera con el mismísimo Presidente Uribe quien con un 70 por ciento de la opinión electoral a su favor, tiene literalmente anestesiado al país.
No hay un ciento por ciento en la calificación de nada, afortunadamente, porque, ¿de qué otra manera podría distinguirse lo "bueno" de lo "malo"? ¿Cómo saber que esto o aquello sí nos conviene si no hay una sola voz discordante? En fin, ya nos estábamos resignando a que debido a esta disparidad de criterios, nunca alcanzaríamos los colombianos a ver en un asunto cualquiera la presencia del mal o del bien en términos absolutos.
Pero vaya que de pronto observamos cómo va apareciendo en el firmamento de nuestras nostalgias por la unanimidad en cuestiones que a todos convinieren, una opinión, un concepto, más bien digamos de una vez "una rabia" que repentinamente logra el milagro de reunirnos a todos los colombianos llevándonos a una aclamación unánime.
Pueda que exista ese 30 por ciento de cómplices de la criminalidad, pero no parece haber ni siquiera un 0.001 por ciento (los dueños, supongo) de partidarios del sistema financiero colombiano y más específicamente del "vampiresco" sistema bancario. Por fin, pues, topamos la unanimidad que, naturalmente en este caso, no hace otra cosa que deshonrar a quienes la facilitaron entregándola a los encuestadores en una lustrosa bandeja de plata.
Y es que aquí sí que cabe la expresión popular "como para Ripley". En un país con decrecimiento económico -la producción industrial y las ventas cayeron 7,3 y 4,5 por ciento a abril de 2009*-, con la inversión externa en descenso, "tocado" por la crisis global de la economía, con una tasa de desempleo acercándose al 15 por ciento y unos inauditos niveles de pobreza que alcanzan al 60 por ciento de la población y a 11 millones en miseria absoluta, con un desequilibrio monumental en materia de salarios, capital e ingresos, el sistema financiero acentúa su marcha enriquecedora fortaleciéndose aún más patrimonialmente y viendo crecer con qué rutilante cubrimiento mediático sus bochornosas e irritantes utilidades. En el caso de Bancolombia, por ejemplo, para mayo del año en curso, sus activos acumularon $40,4 billones, su cartera bruta fue de $28,4 billones, los depósitos cerraron en $26,7 billones y el patrimonio se situó en $5,9 billones.
Para sustentar este juicio respecto de la primera y única unanimidad que mi memoria registra en la historia de Colombia, la del rechazo absoluto a los abusos bancarios, bastan estas cifras naturalmente avaladas por el gobierno y blandidas por los prestidigitadores que las hicieron posibles. Ellas por sí solas nos eximen de cualquier otro tipo de argumentación. Veamos:
Las utilidades del sistema financiero colombiano llegaron a 3,14 billones de pesos en los primeros cuatro meses de 2009, con incremento del 51 por ciento frente al mismo período del 2008... Las utilidades alcanzadas por el sector financiero entre enero y abril pasados son superiores en 1,1 billones de pesos a las registradas en igual período de 2008… por tipo de intermediario (financiero), los establecimientos de crédito reportaron utilidades por 2 billones de pesos, no obstante la desaceleración en el mercado crediticio…
Y para rematar, tras de que la banca no revierte en beneficio social lo que una ley debería obligarla a revertir, y mientras cobra hasta algo inherente a su función como es la "cuota de manejo" y genera para sí misma sumas astronómicas a través de la Intermediación financiera, inversiones de portafolio y extravagantes comisiones por "servicios", la desconcertante preocupación del gobierno por estos días sale de la boca del superintendente Financiero, Roberto Borrás cuya mayor obsesión es "establecer un mecanismo de salvamento para las instituciones que se encuentren en problemas, sin llegar a la nacionalización."
Espero no sufrir la desilusión de algún comentario favorable a la banca colombiana que derrumbe mi teoría de la primera unanimidad que se da en el país, aunque, de aparecer alguno, nos daremos por enterados de que fuimos leídos por alguno de sus dueños.
* Todas las cifras de este artículo fueron tomadas del diario El Tiempo de Bogotá.

lunes, 10 de agosto de 2009

GANANCIA DE LOS BANCOS ; MISERIA DE LAS NACIONES

Alfonso Hernández

"A medida que van desarrollándose los bancos y que va acentuándose su concentración en un número reducido de establecimientos, de modestos intermediarios que eran antes, se convierten en monopolistas omnipotentes que disponen de casi todo el capital monetario de todos los capitalistas y pequeños patronos, así como de la mayor parte de los medios de producción y de las fuentes de materias primas de uno o de varios países. Esta transformación de los numerosos y modestos intermediarios en un puñado de monopolistas constituye uno de los procesos fundamentales de la transformación del capitalismo en imperialismo capitalista, y por esto debemos detenernos, en primer término, en la concentración de los bancos." Lenin, El imperialismo, fase superior del capitalismo.
Algunos de los más grandes bancos del mundo dieron a conocer fabulosas utilidades de comienzos de este año; por ejemplo, Goldman Sachs obtuvo cerca de tres mil quinientos millones de dólares en el segundo trimestre, y unos ingresos de 13.800 millones en el primer semestre. Otras entidades, como el Deusche Bank, figuran también entre los que presentan enormes beneficios.[i] Al mismo tiempo, los mercados bursátiles incrementan sus índices de negocios, por lo cual algunos economistas afirman que ya se ve luz al final del túnel.
Otras son las cifras de la economía real. Por ejemplo, el producto interno bruto de los Estados Unidos ha venido cayendo dramáticamente. En el último trimestre del año pasado declinó a una tasa anual de 6,3% y entre enero y marzo del presente, la caída fue de 6,1%.[ii] El desempleo se ha incrementado hasta 9.5%; más de seis millones de trabajadores han perdido el puesto desde que empezó la recesión. Si se tiene en cuenta a quienes, a causa de la crisis laboran marginalmente o en jornada parcial, el guarismo asciende a 24 millones de norteamericanos, más de 16% de la fuerza laboral. [iii] En la Unión Europea, la tasa de paro es de 9,4%, con más de quince millones de cesantes; el PIB también se contrae rápidamente. Las exportaciones alemanas han decaído un 24,5% este año.[iv] Por otra parte, se pronostica que la economía de México se reducirá alrededor del 7%, y la de toda América Latina en cerca de 2%.
Surge la pregunta de cómo es posible que los bancos estén amasando fortunas en medio de semejante debacle. La respuesta la da, con claridad, la revista alemana Der Spiegel en el artículo titulado El retorno de la codicia, los bancos reabren el casino mundial,[v] que publicó recientemente.
En pocas palabras, el colapso de los bancos se evitó mediante un gasto público colosal, que ha incluido el garantizarles las operaciones crediticias, comprarles los activos tóxicos y las acciones y prestarles dinero a una tasa cercana a cero, que en el caso de Estados Unidos, en donde hay inflación, aunque leve, es donarles dinero. El gobierno de ese país, a través de los diferentes programas, puede llegar a comprometer recursos hasta por un total de 23,7 billones de dólares, y en conjunto las naciones desarrolladas han destinado 18 billones para las entidades financieras.[vi] Por comparación, ha de tenerse en cuenta que el PIB de la potencia del norte es de 14 billones de dólares anuales. De tal manera que con el dinero público los más grandes bancos se han entregado, de nuevo, a la usura desvergonzada. El mencionado escrito sostiene que nunca antes les había sido tan fácil hacer dinero.
La globalización y el desarrollo tecnológico les permiten solazarse con la más vasta red de operaciones de usura. Los movimientos diarios de la tasa de cambio de centenares de monedas ofrecen un filón de enriquecimiento rápido. Si se toma el caso de Colombia, convertir dólares en pesos cuando la tasa de cambio es de $2.200 y, al poco tiempo, reconvertir éstos en dólares, pero a una tasa de cambio de $2.000, le da al especulador la oportunidad de embolsarse $200 por cada dólar. Si la operación se repite con frecuencia y con miles o centenares de miles de dólares, las utilidades son enormes. Pero no se trata solamente de la moneda colombiana sino de muchas, de diversas nacionalidades y regiones. Además, entidades como Goldman o el Deutsche Bank, que controla el 21% de las operaciones de cambio de divisas, pueden por si solas provocar movimientos tan lucrativos.
La volatilidad de estas tasas, además de otros factores, hace que el comercio internacional se enfrente a una incertidumbre, a una constante inestabilidad de los precios, tanto de los productos terminados como de los insumos y de los servicios, todo lo cual abre otras compuertas al agio. De ahí que las empresas con operaciones internacionales tengan que estar comprando "cobertura", es decir, instrumentos que les permiten adquirir alguna mercancía o una moneda a un precio determinado en una fecha estipulada. Este constituye otro renglón de voluminosas ganancias.
Los banqueros internacionales consideran ahora aburridor y riesgoso, a la vez, prestar a las empresas; prefieren destinar los recursos a la compra venta de acciones, de bonos de deuda o derivados, es decir papeles cuyo valor proviene de otros. Se les otorgaron grandes sumas argumentando que si los bancos se recuperaban, el crédito volvería a irrigar toda la economía y se alcanzaría una pronta recuperación. Pero ellos consideran preferible el tráfico con papeles, por lo cual, las firmas que necesitan capital tienen que emitir bonos de deuda o acciones, ofreciendo pagar mayores tasas de interés a causa de la sequía crediticia; estos documentos han de ser suscritos por los grandes bancos, que cargan una comisión, y, además, especulan con ellos. La mayor parte se transa en los mercados bursátiles, a los que tienen que acudir también las firmas de los más diversos países que buscan recursos en los mercados internacionales de capital, cuyos centros principales son Wall Street, en Nueva York, y la City, en Londres. Es por ello que las solas firmas europeas, excluidas las inglesas y las financieras, han emitido en lo corrido del año más de 318 mil millones de dólares en bonos, cuando durante 2006, 2007 y 2008 dichos papeles apenas rondaban los doscientos mil millones de dólares al año. Como lo señala Paul Krugman[vii] hay una "financiarización" de la economía, cuyas operaciones representaban en Estados Unidos un 0,3% del PIB, en 1970, y ya en el 2007 llegaron a representar el 1,7%.
La especulación bursátil y extrabursátil se alimenta, adicionalmente, de una infinidad de instrumentos como los credit default swaps, pretendido seguro contra el incumplimiento por parte de los deudores cuyas acreencias dan respaldo a los títulos valores. Con base en las acciones, los bonos y demás se hacen operaciones crediticias, que tienen como colateral, o garantía, los mencionados títulos. Por último, se emiten instrumentos sintéticos, que no tienen el sustento de ningún bien, sino que se basan en apuestas sobre el desenvolvimiento de los índices de las bolsas o cosas semejantes. Se trata de un verdadero casino. Los ejecutivos, corredores y asesores de los bancos ganan millonarias bonificaciones por cada operación, de tal manera que se interesan, por encima de todo, por cerrar negocios inmediatamente, muchas veces, aunque el propio banco se vaya a pique.
Pero lo que más está dando pábulo al agio son los bonos del Estado. Los mismos paquetes de ayuda a la banca han acrecido poderosamente el endeudamiento público: su porcentaje con respecto al PIB alcanza el promedio del 80% en los países europeos; en Gran Bretaña, ya es igual al 100%, lo mismo que en los Estados Unidos, y en Japón ya casi rebasa el 200%. Los gobiernos tienen que emitir bonos de deuda, que se convierten en otra fuente de ese tipo de negocios. El Estado se hipoteca a los bancos para regalarles los recursos. Y estos tienen, adicionalmente, la oportunidad de mercadear los bonos públicos, haciendo pingües ganancias. Tales cargas se pagan mediante menores gastos en hospitales y centros educativos, ya Obama está preparando una reforma de la salud y de pensiones cuyo propósito declarado consiste en aumentar la "eficiencia" y reducir los costos.
Recientemente, las mismas entidades que han recibido tan gruesas sumas se negaron a financiar a California, uno de los estados más importantes de la Unión, que tiene depósitos en ellas por 17 mil millones de dólares, obligándolo a emprender drásticos recortes presupuestarios.
Las leyes del juego consisten en aventurar grandes sumas diariamente, con las cuales se pueden ganar o perder millones en unos minutos; hay que reclutar tropillas de especialistas en sistemas, matemáticas y economía -a quienes se remunera espléndidamente-, para tener más éxito en la manipulación del mercado. Si ésta termina en un descalabro, los directivos ya han recogido sus millonarias retribuciones, y, en todo caso, el Estado está presto a sufragar las pérdidas.
La partida la gana, pues, quien controle el gobierno, el Congreso y el banco central. Se juega con las cartas marcadas. Con harta razón, uno de los financistas entrevistados por Der Spiegel dijo que los bancos se enriquecieron en el pasado con el dinero de sus clientes, luego, con el de sus accionistas y, ahora, han encontrado la fuente más gigantesca: los contribuyentes.
Porque el auge presente, en medio de las tribulaciones de las economías, estriba en eso: los consorcios financieros pueden comprar a precios ridículos activos que tienen garantía estatal; para estas y muchas otras operaciones pueden tomar dinero prestado del banco central a una tasa cercana al cero, además, un número crecido de instituciones tuvo que salir del juego. Así, se tiene que ya no son 13 ó 15 bancos los que adquieren los activos depreciados, sino apenas 4 ó 5. Es de tal magnitud el asunto que los papeles de deuda o bonos de algunas compañías alemanas de autopartes, que fueron comprados por bancos de algunos estados a un valor de 90 centavos cada dólar; ahora Merrill Lynch, por ejemplo les ofrece 7 centavos por cada dólar de valor nominal.
Mientras que Obama y sus congéneres hablan de reformas a la "arquitectura financiera mundial", de "la transparencia", de "regulación", lo que sucede es que los financistas proceden de una manera cada vez más tramposa y el Estado, de una más cómplice: Goldman Sachs y Merrill Lynch, por ejemplo, renunciaron a su carácter de bancos de inversión -entidades que, por no recibir depósitos del público, no tienen que someterse a las regulaciones oficiales-, para convertirse en bancos comerciales, supuestamente más regulados, todo con el fin de acceder a los auxilios del Estado durante la crisis. Ahora, disfrutan de lo mejor de dos mundos: cuentan con los recursos públicos y se dedican a las operaciones y a los procedimientos de las instituciones más especulativas: los fondos de inversión de riesgo. Operan con las garantías del Estado y con dinero barato que les brinda el banco emisor.
Por mucho que se pregone la libre competencia, el oligopolio se agiganta; en el artículo ya mencionado de la revista germana, un financista asegura que en poco tiempo cuatro o cinco grandes bancos controlarán el mercado de capitales. Y a esa tarea de levantar imperios financieros se dedican de consuno los banqueros y el gobierno. Desde el mandato de Reagan, la tendencia a la concentración y a la consolidación bancaria se ha fortalecido. Las leyes que, luego de la Gran Depresión, ponían algunas cortapisas a esto han venido siendo derogadas. Las 10 más grandes firmas que negocian en títulos valores concentraban, en 1998, el 57,1% del capital de ese ramo, mientras que en 2007 ya controlaban el 70.5% y el año pasado, el Bank of America compró Merrill Lynch y el JP Morgan Chase se hizo a Bear Stearns, todo con créditos estatales. Las entidades pequeñas no están en condiciones de competir en la arena global, tal vez puedan jugar como subordinadas de los gigantescos conglomerados.
Los acontecimientos de los cuales somos testigos enseñan que las potencias echan mano de dos armas fundamentales en esta conflagración por el dominio del mercado de capitales: la emisión de la moneda de reserva internacional y las colosales entidades financieras. Lo que se dirime es: qué grupo económico, la oligarquía de cuál potencia logra hacerse a las ingentes masas de capital que se mueven en la globalización. Las metrópolis emulan para que las más vastas regiones del mundo se vean forzadas a hacer sus transacciones comerciales, las inversiones, los ahorros, en la moneda que cada una imprime y que sean las casas prestamistas con asiento en la respectiva metrópoli las que se aprovechen de esas operaciones.
Por ello, las políticas anticrisis han estribado en dar todos los recursos a los grandes bancos. Con el argumento de que hay instituciones que son demasiado grandes para dejarlas hundirse, pues provocarían una crisis generalizada, sistémica, el Estado es partícipe de primera línea en la edificación de bancos de alcance global. El dinero público propulsa la concentración bancaria, el poder del Estado es un instrumento de la oligarquía del agio. Lo que ésta no logra no logra mediante la coyunda monetaria y económica, se lo encarga a los marines. Esto recibe el nombre de globalización.
Este artículo puede ser reproducido, total o parcialmente, con la condición de que se cite el autor, Alfonso Hernández, y la fuente, notasobreras.net.

[i] http://www.globalresearch.ca/index.php?context=va&aid=14586

[ii] http://www.nytimes.com/2009/04/30/business/economy/30econ.html
[iii] http://www.globalresearch.ca/index.php?context=va&aid=14529
[iv] http://www.spiegel.de/international/business/0,1518,grossbild-1589440-636341,00.htm
[v] http://www.spiegel.de/international/business/0,1518,638732,00.html
[vi] http://www.globalresearch.ca/index.php?context=va&aid=14586
[vii] http://www.nytimes.com/2009/07/17/opinion/17krugman.html?_r=1

lunes, 3 de agosto de 2009

CONTRA LOS ABUSOS HIPOTECARIOS

105 días frente a La Moncloa
Un colombiano, en huelga de hambre parcial junto a la residencia de Zapatero
'Los políticos y empresarios se irán de vacaciones, pero yo seguiré aquí cuando vuelvan'
Se cumple un año de la creación del colectivo contra las hipotecas impagables


Quiñones, fotografiado hoy delante del Palacio de La Moncloa. EFE


Irene Castro (EFE)
MADRID.- "En una lucha no hay vacaciones", afirma Segundo Quiñones, un colombiano que vive en la puerta del Palacio de la Moncloa desde el pasado 20 de abril y que protesta ante "los abusos de las entidades bancarias".
Cuando se quedó en paro y su banco le amenazó con embargarle su casa, acudió a hablar con el director de su sucursal para explicarle sus dificultades, pero éste le dijo: "Tú come, que yo haré lo que tenga que hacer" relata.
Por eso decidió "iniciar una lucha contra esta injusticia, porque el pueblo no es culpable de lo que está viviendo". Desde entonces, escribió "una carta cada ocho días" al director general de su entidad bancaria, pero no recibió más que "palabras que se lleva el viento y evasivas, ninguna solución real".
Quiñones ha salvado su vivienda porque ha logrado frenar la subasta que hubiera tenido lugar el 22 de mayo
Además, fue uno de los fundadores de la Asociación de Familias Hipotecadas, Embargadas y Abusos Bancarios de Elche, a la que representa desde que comenzó esta andadura de cuatrocientos kilómetros y 102 días de huelga de hambre, aunque no absoluta, pero sólo toma leche, zumo y agua, según cuenta.
Aunque Quiñones ha salvado su vivienda porque ha logrado frenar la subasta que hubiera tenido lugar el 22 de mayo, asegura que no abandonará la lucha porque "es lo que el banco está esperando para quedarse con la casa y dejarme la deuda".
En los 102 días lleva frente a La Moncloa sólo ha tomado leche, zumo y agua
Quiñones explica que no protesta sólo contra el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, sino también contra los sindicatos y los partidos políticos porque, a su juicio, es necesario un pacto social para que el Ejecutivo pueda aprobar "una ley que defienda las hipotecas justas".
El pueblo está 'abandonado'
"Estoy aquí para luchar contra todos ellos, porque son los que tienen que apoyarnos", añade.
Durante la conversación mantenida con Efe en los escasos tres metros de "vivienda", Quiñones arremete contra políticos, empresarios, sindicatos y bancos, ya que "tienen abandonado al pueblo".

EFE
"Los empresarios hicieron lo que les dio la gana y los políticos generaron esta situación porque no pusieron control. Además, cuando hay elecciones, los partidos salen a la cacería del pueblo, y ahora que el pueblo los necesita nadie sale al rescate para adoptar soluciones que saquen al país de la crisis", declara el huelguista.
Tampoco está de acuerdo con la posición de los sindicatos, a los que critica por decir que defienden a los trabajadores "cuando es mentira", y se pregunta "dónde están esos trabajadores que ellos defienden, porque yo no les he visto bajarse del coche ninguna de las veces que han venido a la Moncloa en este tiempo".
Respecto a los bancos, Quiñones recalca que "hicieron su agosto y ganaron dinero, pero ahora que la cosa está así es el pueblo el que tiene que pagar".
'Hasta que se haga justicia
Los compañeros que acompañaron a Quiñones abandonaron porque 'se aburrieron de la lucha, no encontraron noticias'
"¿Qué es eso de la obra social de los bancos?", se pregunta, y él mismo responde: "sólo les sirve para evitar impuestos".
Quiñones asume que tiene dos opciones: una, no moverse de la puerta de la Moncloa "hasta que se haga justicia" y, la otra, "ir de vuelta a Elche en una caja de madera".
A pesar de que su estado de salud está débil, según le han dicho los miembros del SAMUR que le visitan a diario, Quiñones solicita que se paralicen los embargos y que las hipotecas se "ajusten a lo que uno puede pagar o la acción en pago".
Preguntado por cómo lleva la huelga, reconoce que "no es fácil", a la vez que muestra una señal que tiene detrás de la cabeza en la que se alerta de la presencia de un transformador con la leyenda "Alto voltaje. Peligro de muerte".
Durante el día, permanece sentado en un sofá que, como el resto del mobiliario que le acompaña, le han donado, y durante la noche intenta dormir en un colchón en la acera, justo debajo de la carretera de A Coruña.
Sólo en la lucha
Además, Quiñones se ha quedado solo, ya que los tres compañeros que vivían con él se han marchado a casa porque "se aburrieron de la lucha, no encontraron noticias y decidieron abandonar".
"En una lucha o se gana o se pierde, por eso sigo adelante. Los políticos y empresarios se irán de vacaciones, pero yo seguiré aquí cuando vuelvan", apostilla.